Declaró Guadalupe Penino, tía de Javier:
“Hugo Penino es mi hermano. Cuando
desaparecen Hugo y Cecilia en julio del 77 hay un corte en mi vida. Yo estaba
en Mar del Plata y nos enteramos de la desaparición. Yo estaba embarazada de mi
segunda hija. Hugo era muy cariñoso, me une a él el amor y una lucha de un
montón de años por la verdad. De Hugo nunca supimos más nada.
Cecilia y Hugo eran compañeros de
trabajo, muy amigos, y luego en el 76 comenzaron su noviazgo, se casaron,
vinieron a vivir a Buenos Aires y ella quedó embarazada.
Mi hija nació a los 10 días de la
desaparición de ellos, el 23 de julio. Cecilia esperaba para septiembre. Nos enteramos
del secuestro a través del abuelo Viñas. Los detuvieron, según el portero, en
la puerta del edificio.
A los dos días, con la foto de
casamiento de los chicos, hicimos la denuncia en Madres de Plaza de Mayo y
empezamos a ir a las reuniones con mi madre. Mi padre también venía a Buenos
Aires. Mi madre se incorporó a Abuelas pero murió joven, a los 59 años, de un
cáncer.
Los llamados telefónicos de Cecilia
fueron en el año 84. Habló con Carlos, le dijo que estaba encerrada en un lugar
muy lejano, que “los chicos de la noche” eran buenos y la dejaban hablar.
Fueron llamados desgarradores porque ella pensaba que estábamos criando a su
hijo.
Fuimos a ver al ministro del
Interior, Trócoli, por los llamados, pero la información se filtró, la publicó
algún periodista, y esto fue perjudicial, no se pudo investigar porque Cecilia
no llamó más. Salió en una publicación, la tengo guardada en casa.
La búsqueda fue a través de
Abuelas, dejamos la sangre en el Banco de Datos Genéticos, y después recibimos
datos de que Vildoza podía tener un hijo apropiado. A mamá, que estaba enferma
ya, le llegó una pequeña foto de un niño de 7 años y ella dijo “este es mi
nieto”, por eso digo que ella lo llegó a conocer.
Conocí a mi sobrino acá en Comodoro
Py cuando vino a hacerse el ADN, vine con mi papá y otro hermano, Javier es una
criatura que amo mucho y es un pedacito de mi hermano.